Traducción y producción editorial de Farmacología 7ª
Al igual que sus predecesoras, ni esta edición ni su traducción farmacéutica profesional se limitan a describir las acciones de los fármacos, sino que pretenden destacar igualmente los mecanismos por medio de los cuales actúan. Esto implica un análisis que no se restringe a los niveles celular y molecular, en los que el conocimiento y las técnicas avanzan con gran rapidez, sino que engloba además los mecanismos fisiológicos y las alteraciones patológicas. La farmacología se fundamenta en la terapéutica, cuyo objetivo es aminorar los efectos de la enfermedad, de modo que hemos tratado de relacionar los efectos celulares y moleculares con el abanico de efectos beneficiosos y perjudiciales que aparecen en sujetos que reciben fármacos con fines terapéuticos o de otro tipo. Los fármacos presentan una elevada tasa de desuso y cada año se comercializan nuevos productos. El conocimiento de los mecanismos de acción de la clase farmacológica a la que pertenece un nuevo compuesto supone un buen punto de partida para comprenderlo y utilizarlo de manera inteligente. La traducción y producción editorial de Farmacología 7ª ha sido realizada por GEA Consultoría Editorial.
La farmacología es una disciplina dinámica por sí misma y su importancia va más allá de la de seleccionar fármacos para el tratamiento. Dado que, algunos de nuestros lectores no cursan el grado de Medicina, sino otros grados de Ciencias de la Salud con un perfil más investigador, se ha descrito la aplicación de los fármacos únicamente para determinar funciones celulares o fisiológicas, incluso cuando las moléculas carezcan de aplicación clínica.
Los nombres de los fármacos y los compuestos químicos relacionados se establecen por el uso y, en ocasiones, hay más de una denominación de uso habitual para cada uno de ellos. Por lo que respecta a su prescripción es importante utilizar nombres estándar, razón por la que seguimos, en medida de lo posible, la lista de denominaciones comunes internacionales recomendadas (DCIr) de la Organización Mundial de la Salud. A veces, esto da lugar a controversias. Así, el mediador endógeno prostaglandina 12 (su denominación estándar en la bibliografía científica) pasa a ser «epoprostenol» en la lista de las DCIr, término poco familiar para la mayoría de los investigadores científicos. En general, procuramos utilizar las DCIr en el contexto de la aplicación terapéutica aunque, en ocasiones, empleamos la denominación común para referimos a mediadores y fármacos en los que esta última es más habitual. La acción farmacológica únicamente puede comprenderse en el contexto de lo que está sucediendo en el organismo.
De este modo, en la introducción de muchos capítulos describimos de manera sucinta los procesos fisiológicos y bioquímicos relacionados con la acción de los fármacos incluidos en los mismos. Las estructuras químicas de los fármacos se han incluido de manera sistemática en aquellos casos donde esta información ayuda a comprender sus características farmacológicas y farmacocinéticas.
800 páginas de traducción y producción editorial de Farmacología 7ª.
Publicación propiedad de Elsevier.
Ver también: traducciones jurídicas